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Xiaomi no solo quiere competir en smartphones, ya preparó su segundo carro

La marca tecnológica Xiaomi supera expectativas con su primer auto eléctrico y ya prepara su segundo modelo mientras apunta al top 5 global de fabricantes.

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La revolución china en la industria automotriz tiene un nuevo protagonista. Xiaomi, el gigante tecnológico conocido por sus smartphones y dispositivos electrónicos, está reescribiendo las reglas del juego con una entrada triunfal en el mercado de vehículos eléctricos.

En apenas nueve meses desde su lanzamiento, el Xiaomi SU7, su primer vehículo eléctrico, ha superado todas las expectativas con 130.000 unidades vendidas, obligando a la compañía a aumentar su capacidad de producción antes de lo previsto.

Lei Jun, fundador y CEO de Xiaomi, no oculta sus ambiciones: quiere posicionar a la marca entre los cinco principales fabricantes de automóviles del mundo. Una meta que, aunque ambiciosa, comienza a parecer menos descabellada con cada nuevo récord de ventas.

El próximo paso ya está en marcha: el Xiaomi YU7, un SUV eléctrico que busca capitalizar el éxito de su predecesor. Con este nuevo modelo, la compañía aspira a alcanzar las 250.000 unidades vendidas en 2025, acercándose a volúmenes similares a los de marcas como MINI, Land Rover o Porsche.

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Foto: Revista Motor

La fortaleza de Xiaomi en el mercado bursátil también habla por sí sola. Con una capitalización de 100.000 millones de dólares, la empresa se posiciona como la cuarta compañía del sector por valor en bolsa, solo superada por Tesla, Toyota y BYD, aunque la mayor parte de su valoración aún proviene de su negocio tecnológico.

El éxito de Xiaomi se basa en una fórmula ganadora: experiencia tecnológica, comprensión del mercado chino y precios agresivos. El SU7, con un precio base inferior a 30.000 euros, ofrece tecnología y prestaciones comparables a vehículos tres o cuatro veces más caros.

Sin embargo, para alcanzar sus ambiciosas metas, Xiaomi necesitará expandirse más allá de China. Europa, el segundo mercado de vehículos eléctricos más grande del mundo, está en la mira, aunque desafíos como los aranceles y la adaptación a mercados occidentales permanecen como obstáculos a superar.

Mientras los fabricantes tradicionales observan con preocupación, Xiaomi demuestra que la transición de fabricante tecnológico a potencia automotriz no solo es posible, sino que puede ser sorprendentemente rápida.

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