Tres consejos para evitar el recalentamiento del motor
Cualquier conductor debe estar preparado para evitar el recalentamiento.
Por la marcada inclinación del terreno y denso tráfico de vehículos de carga, que impiden los sobrepasos y reducen notablemente el promedio de velocidad, las carreteras de montaña colombianas como La Línea, Minas y Letras, por ejemplo, se convierten en detonantes y aliadas de ese temible mal de los motores llamado recalentamiento.
Antes de mencionar los antídotos para no sufrir de esta ‘enfermedad’ de exceso de temperatura, que afecta de manera notable el desempeño y vida útil de cualquier planta motriz, es preciso indicar que gracias a los avances de la industria automotriz el recalentamiento es hoy en día una verdadera excepción y no ese ‘virus’ que afectaba a la gran mayoría de motores construidos hace tres o más décadas.
Con respecto a lo anterior, vale aclarar que el recalentamiento en los autos contemporáneos es, por regla general, ocasionado por aquellos conductores que no saben usar el motor de sus coches al subir cuestas, y no por restricciones mecánicas, como sucedía antes.
En este sentido cabe anotar que al contrario de lo que ocurría con los autos de antaño, los modernos vienen dotados con amplios radiadores construidos en materiales como el aluminio, que ofrece la doble ventaja de ser anti corrosivo y gran disipador de calor.
Por regla general estos radiadores vienen acompañados de electro-ventiladores de alto poder, que permiten tener el auto detenido y encendido por largo tiempo, sin que el motor se recaliente.
Aunque este equipamiento ‘anti-fiebre’ es de serie en los vehículos contemporáneos, de todas maneras, los conductores nacionales deben estar preparados para evitar el recalentamiento, que aparece de manera especial al ascender montañas detrás de una tractomula u otro vehículo lento.
CONSEJOS
1. La primera medida a tomar para evitar que la temperatura del líquido refrigerante del motor alcance el límite en donde hay que apagar el motor (zona roja), so pena de fundir la máquina, es la de monitorear constantemente la aguja indicadora de temperatura.
De igual manera, es perentorio mantener las revoluciones del motor dentro de un rango en donde la máquina no resulte ni sub-revolucionada (bajas RPM), ni sobre revolucionada (altas RPM).
En este caso lo recomendado para subir una cuesta es mantener el motor en zona de máximo torque (fuerza en las ruedas), que se encuentra normalmente entre las 3.000 y las 5.000 revoluciones en los autos a gasolina y a partir de las 1.800 rpm en los movidos por diésel.
2. Si a pesar de cumplir con lo anterior, nota que la aguja de temperatura empieza a subir, lo indicado es recurrir a un viejo, efectivo y fácil truco. Este, no es otro que recurrir al sistema de calefacción para disipar en la cabina de pasajeros el exceso de calor acumulado en el sistema de refrigeración del motor y ver descender la temperatura como por arte de magia.
En caso que este recurso no funcione, aumente la velocidad para garantizar mayor flujo de aire al radiador.
3. Y si ninguna de estas dos opciones da resultado, es preciso detener la marcha para evitar daños menores (empaque de culata, ejemplo) o mayores, como es la fundida del motor, que obliga a pedir ayuda mecánica o grúa.
Una vez estacionado el auto en lugar seguro, deje el motor funcionando y abra el capó para verificar si existe una fuga de líquido refrigerante en cualquiera de las mangueras, ductos o en el mismo radiador.Si detecta una fuga o manguera floja, apague el auto y proceda a apretar la manguera o tapar el agujero, si le es posible.
En caso de encontrarse con una fuga menor apague el motor y déjelo enfriar hasta que la aguja de la temperatura descienda hasta la zona normal de funcionamiento. Con la aguja ya en esta zona se debe proceder a encender la máquina para ir agregando agua, poco a poco, hasta completar el nivel normal.
Reinicie la marcha chequeando el manómetro de temperatura permanentemente. Si la pérdida de líquido es menor y le permite avanzar unos buenos kilómetros, deténgase tan pronto como vea que la aguja empieza a subir y proceda a repetir la operación de completar el nivel. Esto le permitirá llegar hasta un centro de servicio.
De todas maneras, existe la posibilidad de que este remedio no funcione o que el problema no tenga solución. En cualquiera de estas situaciones no queda otra alternativa que buscar asistencia usando el teléfono celular, que es hoy en día la mejor herramienta al servicio de un conductor de carretera.
REVISTA TURBO / EL PAÍS