NOTICIAS
El primer auto en superar los 100 km/h: la historia del Jamais Contente
La increíble historia del Jamais Contente, el primer vehículo en romper la barrera de los 100 km/h, y el visionario que lo hizo posible.
En una época donde los caballos aún dominaban las calles y la gasolina era una curiosidad, un intrépido ingeniero belga llamado Camille Jenatzy decidió demostrar que el futuro pertenecía a la electricidad. El 29 de abril de 1899, su creación, el Jamais Contente (Nunca Satisfecho), se convertiría en el primer vehículo en la historia en superar la mítica barrera de los 100 kilómetros por hora.
Una bala eléctrica adelantada a su tiempo
El Jamais Contente no era un automóvil convencional, ni siquiera para los estándares de 1899. Su carrocería de aluminio en forma de torpedo lo hacía parecer más un proyectil que un vehículo, anticipándose décadas a los conceptos de aerodinámica moderna.
- Le puede interesar: Estos son los autos más raros de la historia
La ingeniería de la velocidad
Bajo su revolucionaria carrocería, el Jamais Contente escondía una obra maestra de ingeniería:
- Dos motores eléctricos de 50 caballos cada uno
- Baterías de plomo-ácido de última generación
- Velocidad máxima registrada: 105,88 km/h
- Diseño aerodinámico en aluminio
La carrera por la velocidad
En una época donde el auto más veloz apenas alcanzaba los 63 km/h con un motor a vapor, Jenatzy no solo buscaba romper un récord; quería demostrar la superioridad de la propulsión eléctrica. Su logro fue tan impresionante que dejó al mundo sin aliento: había alcanzado una velocidad que muchos consideraban imposible para un vehículo terrestre.
El legado del Nunca Satisfecho
La ironía de la historia es que el primer vehículo en superar los 100 km/h fuera eléctrico, especialmente considerando que poco después los motores de combustión dominarían la industria durante más de un siglo. Hoy, mientras los vehículos eléctricos vuelven a conquistar las calles, el Jamais Contente se alza como un recordatorio de que la verdadera innovación no conoce límites temporales.
El Jamais Contente no fue solo un auto; fue una declaración de principios, un desafío a lo establecido y una prueba de que los sueños más audaces pueden hacerse realidad. Más de 124 años después, mientras los superdeportivos eléctricos modernos superan los 400 km/h, el espíritu del “Nunca Satisfecho” sigue inspirando a quienes buscan empujar los límites de lo posible.
REVISTA TURBO