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Presentación de monoplazas de la F1: Red Bull fue abucheado
Christian Horner, Max Verstappen, y Liam Lawson enfrentaron el rechazo del público durante la presentación de Red Bull para la temporada 2025.
El O2 Arena de Londres fue testigo de un momento sin precedentes en la presentación de la temporada 2025 de la Fórmula 1. Christian Horner, director de Red Bull, el equipo más dominante de los últimos años, recibió una sonora desaprobación del público que marcó un punto de inflexión en la relación entre la escudería y los aficionados.
La tensión se apodera de Londres
El evento F1 75 Live, organizado según el orden del campeonato de constructores 2024, se convirtió en un escenario complicado para Red Bull. No solo Christian Horner fue blanco de abucheos, sino que Max Verstappen y su nuevo compañero, Liam Lawson, también enfrentaron el rechazo del público. La incomodidad de Max era evidente, y las críticas no tardaron en llegar, ya que ambos fueron los únicos pilotos que evitaron hablar durante el evento.
Aunque la transmisión oficial intentó atenuar el ambiente reduciendo el sonido de fondo, los videos compartidos en redes sociales evidenciaron la hostilidad del momento. De manera notable, Red Bull fue el único equipo que fue criticado por la falta de cambios esteticos en su monoplaza.
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Las heridas abiertas
Entre las hipótesis de lo que generó estos abucheos se sugiere que todo se habría originado por la controvertida salida de Sergio ‘Checo’ Pérez del equipo, una decisión que ha generado una ola de críticas y pérdida de seguidores en redes sociales. La gestión de Red Bull con el piloto mexicano ha dejado cicatrices que el tiempo aún no ha sanado.
Un nuevo desafío
Mientras Ferrari celebra la llegada de Lewis Hamilton y equipos como McLaren y Aston Martin se fortalecen, Red Bull enfrenta una batalla en dos frentes: mantener su dominio en la pista mientras intenta reconciliarse con una afición cada vez más crítica.
La temporada 2025 promete ser intensa, y el recibimiento en Londres sugiere que Red Bull tendrá que trabajar tan duro fuera de la pista como dentro de ella para mantener su posición de liderazgo en la Fórmula 1.
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