NOTICIAS
¿Por qué quieren sacar de servicio a los taxis ‘zapatico’?
El viceministro señaló que el objetivo del decreto es mejorar la operación del servicio de taxi en Colombia.
Mediante un decreto autoría del Ministerio de Transporte se busca detener el ingreso a los taxis denominados ‘zapatico’ en el país. Esto, según la cartera, debido a los riesgos de este tipo de vehículos para garantizar la vida e integridad tanto del conductor como de los pasajeros.
El viceministro Juan Camilo Ostos señaló que el objetivo del decreto es mejorar la operación del servicio de taxi en Colombia.
“Esto no significa que el tipo de vehículos que ya estén circulando, o que hayan adquirido los propietarios, tengan que salir de inmediato, sino que, a partir de la emisión del nuevo decreto buscaremos que ningún vehículo que no sea de tipología sedan, camioneta o campero circule, con el fin de garantizar la seguridad y comodidad de los usuarios”, resaltó Ostos.
Además, con la medida se desea implementar una aplicación tecnológica que garantice que el usuario sepa por dónde lo llevan, quién es el conductor, la tarifa que se cobrará y, al final del trayecto, otorgue una calificación del servicio.
Los llamados ‘zapaticos’ son taxis de la línea Atos, de la marca Hyundai, la misma que en su momento representó el empresario Carlos Mattos, requerido por la justicia colombiana por varios delitos.
¿Qué contempla el decreto?
El decreto contempla que los vehículos deben ser de tipo campero, sedán o camioneta con cuatro puertas laterales como mínimo. Así mismo, deben contar con una bodega o espacio para el equipaje con capacidad no inferior a 0.40 metros cúbicos, tener seis airbags, recordatorio de cinturón de seguridad y aire acondicionado.
Frente a la medida, el constitucionalista Víctor Hugo Vallejo asegura que en principio no tendría consecuencias graves con respecto a la prestación de servicio de transporte público, ni se detendrá la operación de los taxis ‘zapatico’ que están en circulación.
“El cambio se hará de forma paulatina y se ajustará a los parámetros que el Ministerio de Transporte expondrá en el decreto”, resaltó Vallejo.
Por su parte, Jhony Rangel, director de la Mancha Amarilla y líder del gremio de los taxistas, enfatizó que a pesar de la existencia de una ley a nivel internacional que prohíbe los vehículos que no tengan los parámetros para funcionar como carros de servicio público, los gobiernos anteriores han hecho caso omiso a la misma.
“Esta ha sido una solicitud que nuestra asociación ha pedido desde hace años, dada la demostración del peligro que representa tanto para los usuarios como para el mismo conductor”, recalcó Rangel.
De este punto señaló que uno de los principales riesgos radica en que en caso de choque de uno de estos vehículos son los pasajeros los que reciben la mayor fuerza de impacto debido a que, prácticamente, no tienen baúl. A esto se suma el hecho de que la mayoría de estos carros funciona a gas y el tanque de almacenamiento está ubicado entre la silla y la puerta trasera.
¿Habrá riesgo de aumento de tarifas con la medida?
Para Vallejo, el hecho de que un conductor cambie su ‘zapatico’ por un auto sedan o campero no influirá en un aumento en el precio de las tarifas, puesto que estas no se fijan con respecto al tipo de auto con el cual el conductor presta sus servicios.
“Las tarifas se establecen de acuerdo a unos estudios de mercado que deben representar el costo – beneficio con un mínimo de utilidad para quienes se dedican a esta actividad. Estas no dependen de la calidad, modelo y capacidad del vehículo, sino del mercado que regula el transporte público individual”, indicó.
Frente a esto, Rangel afirmó que hay usuarios que suelen creer que los taxis sedán o tipo camioneta tienen una tarifa mayor con respecto a los ‘zapaticos’, a pesar de que hace dos años, se está haciendo el cambio gradual a los vehículos por comodidad de quienes acceden al servicio.
“Hemos hecho el estudio con los pasajeros para preguntarles por qué tienen el temor de parar los taxis sedán o camioneta y la mayoría dice que es porque son caros o son muy lujosos, por lo tanto, no son taxis. Falta socialización por parte del mismo gremio y de los medios de comunicación para que identifiquen a las camionetas amarillas como taxis, ya que estas están reguladas por las Secretarías de Transporte y cuentan con las mismas tarifas”, añadió.
La vida de los pasajeros como prioridad
Rangel recalca que es necesario que todos los conductores hagan mayor énfasis en la seguridad de sus usuarios, pues “si se tiene un vehículo sin las debidas garantías de comodidad y protección, el conductor no está comprometido con el negocio ni su función”.
Por otra parte, Vallejo resaltó que en 2019 hubo aproximadamente 7.355 víctimas de accidentes de tránsito, de los cuales un alto porcentaje fueron ocasionados en taxis ‘zapatico’.
“Sabemos que el transporte público individual es un negocio. Sin embargo, debe ser uno que vele por la seguridad y la vida de todos los que accedan a él”, manifestó.
Revista Turbo