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Ojo, que no le vendan un carro accidentado
Siempre llegará el momento de cambiar de carros, ya sea por color o por el modelo
Siempre llegará el momento de cambiar el carro, ya sea por color o por el modelo. Para algunos existe la facilidad de comprar un vehículo nuevo, pero para muchos el ‘segundazo’ es la mejor opción.
Pero tenga cuidado, este mercado no siempre es leal, pues existen personas que quieren vender vehículos de mal estado y lo peor, al mismo valor. Entonces ojo para que no le metan gato por liebre.
Sin duda, un peritaje es la mejor opción pero, si el presupuesto no juega de su lado, lo ideal es hacer algunas revisiones básicas para determinar si ha tenido algún siniestro o problema grave.
Línea de la carrocería
Cuando se cambia o arregla una pieza dañada, inmediatamente se pierde la línea de la carrocería. Para determinar si fue o no estrellado, simple, póngase en cuclillas para poder apreciar la línea ubicada en los costados del vehículo de extremo a extremo.
Si aparece un reflejo extraño o la línea no está paraje es porque seguramente la carrocería fue reemplazada o martillada para enderezarlos por un accidente.
Revisar las ventanas
¡Cerciórese de todas la ventanas!, a eso incluya parabrisas delantero y trasero y retrovisores laterales. Si hay presencia de grietas, rajaduras u orificios es porque hubo rastros de accidente
El problema es grave si el problema se presenta en más de una ventana porque si es el caso de una, posiblemente hayan cambiado el vidrio por un robo o una pedrada.
Partes retocadas
Es evidente que si el vehículo da señas de piezas pintadas, es porque sufrió un posible choque. Pregunte al vendedor qué clase de choque fue y por qué fue pintada la parte.
Abra y cierre:
Mire que las puertas y el baúl abran sin ningún problema. Además de cerciorarse si las bisagras tienen algún defecto. Cuando se presentan fallas de alineación con las puertas es porque la pieza fue cambiada y por ende es dispareja.
Revista Turbo