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Lo mejor de dos mundos: Mini Countryman PHEV
Mini presentó su vehículo híbrido conectable Countryman, el más grande de su portafolio que además de brindar mayor espacio ofrece una experiencia ecológica.
La propuesta de modelos híbridos en nuestro mercado no es amplia debido el elevado costo de venta final para el usuario. Sin embargo, ahora con los incentivos del Gobierno observamos cómo poco a poco se aumenta la oferta de estos modelos caracterizados por combinar dos propulsores: el tradicional motor de gasolina y la propulsión eléctrica.
El grupo BMW, al que pertenece la marca MINI, ha sido uno de los pioneros en el campo de la electromovilidad y en este caso trae al mercado el MINI Cooper SE Countryman PHEV ALL4, un híbrido enchufable que sigue usando gasolina, pero que lo hace de manera eficiente cuando se aprovecha la capacidad de sus baterías eléctricas. A las ventajas del sistema de tracción integral ALL4 del Countryman se suma la capacidad del motor de combustión de 3 cilindros en línea (turbo), que traslada su movimiento al eje delantero, y por el motor eléctrico síncrono encargado de impulsar las ruedas traseras. Los dos, en conjunto, entregan una potencia combinada de 224 caballos de potencia, permitiendo una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos.
LA AUTONOMÍA
Debido a los componentes adicionales y al pack de baterías, el Countryman PHEV pesa 230 kilogramos más que el modelo de combustión. Sin embargo, esto no interfiere en su rendimiento y capacidad. De acuerdo con la marca, son cerca de 40 kilómetros de autonomía en modo eléctrico, pero en realidad se convierte en 32 kilómetros, pues con el uso del aire acondicionado y otros sistemas que requieren energía, la capacidad se reduce.
Ahora bien, cargar las baterías es relativamente rápido (entre 2h30 y 3h15), si contamos con estación adecuada para ello; de lo contrario, se puede conectar mediante un wallbox a la red eléctrica doméstica y cargarse en algo más de 7 horas. Esto hace que el modelo sea viable para recorridos urbanos cortos.
Pero esto no es una limitante para disfrutar del MINI. En modo de gestión de la batería Auto eDrive se pueden hacer largos viajes, aunque se pierda la ventaja de los 30 km de carga eléctrica. Por esta razón el consumo medio se aleja de la eficiencia que se tiene con el uso del motor eléctrico.
Con la carga completa, el MINI se distingue en la ciudad: tiene mucho brío al arrancar, es silencioso excepto por el silbido característico de los eléctricos y por el sonido que genera la rodadura (contacto de las llantas con el asfalto). Claro que, si se abusa de la aceleración, la autonomía de la batería bajará rápidamente. Cuando el motor térmico entra en acción, la transición entre los dos modos de propulsión es muy suave. Solo el sonido característico del motor hace que nos demos cuenta de que entró en acción. En este caso es cuando apreciamos el KERS que equipa.
Fuera de la ciudad, el auto hace gala de una gran estabilidad en vías rápidas. Las suspensiones otorgan un buen grado de confort y al mismo tiempo limitan los movimientos de carrocería. La puesta a punto es muy lograda: firmes (nunca secas) y filtran bien las irregularidades. En las zonas de muchas curvas, el tren delantero se muestra rápido y preciso, con una asistencia de dirección cuya dureza resulta ideal: ni muy suave ni muy dura.
MODOS CONDUCCIÓN
Este MINI dispone de tres modos de conducción que le permiten al conductor elegir a su gusto y necesidad. En el modo Auto eDrive, el motor eléctrico trabaja hasta una velocidad de 80 km/h. Después de esta, el motor térmico entra a trabajar en conjunto y en función de la carga de acelerador hasta una velocidad de 135 km/h. Por encima de esta velocidad, el propulsor de combustión se queda solo para mover el MINI.
En modo Max eDrive se mueve exclusivamente con el motor eléctrico hasta 125 km/h, pero si se requiere mayor dinámica, entra en acción el motor térmico. En cuanto al modo Save Battery, el encargado de mover al MINI es el motor de combustión, que trabaja mientras se carga la batería hasta al 90 %.
A estos tres modos de manejo, MINI añade sus tres modos de gestión de la dirección y respuesta del acelerador: Eco, Normal y Sport. En realidad no son seis modos, porque el Sport no es compatible con el Max eDrive.
OTRAS MODIFICACIONES
El Countryman es el modelo más grande de MINI, con buen espacio interior, el cual se modificó ligeramente por la presencia del pack de baterías. Por ejemplo, la altura se redujo en 28 mm y, aun así, puede albergar hasta dos adultos de 1,85 m de estatura.
Se perdió la posibilidad de regular longitudinalmente las plazas traseras, pero se ganaron 13 cm en espacio para las piernas. Así mismo, la zona de carga se redujo en 45 litros de capacidad para quedar en 405 litros. También se disminuyó en 10 litros de capacidad total. En general, el MINI Cooper S E Countryman resulta un auto interesante y recomendable, más allá de su propia tecnología. Su dinámica hace que estemos abordo de un MINI y no en un híbrido enchufable, pues la marca logró integrar a su modelo una propulsión híbrida natural.
EN LAS ENTRAÑAS
La base del sistema híbrido es similar al i8 de BMW, solo que simplificado y menos potente. Detrás del eje delantero se ubica un motor turbo de 3 cilindros y 1.5 litros que entrega 136 caballos, proporcionando un torque de 220 Nm disponible entre 1250 y 4.300 rpm, asociado a una transmisión automática de 6 velocidades. A su lado tenemos un KERS de 20 caballos y 60 Nm que, además de las funciones de recuperar energía y entregar un plus de potencia, también sirve para el arranque del propulsor de 3 cilindros, que permite que la marcha sea imperceptible cuando conducimos.
El motor eléctrico se aloja en el eje trasero y entrega 88 caballos de potencia y 165 Nm de torque, mientras que las baterías de iones de litio se ubican debajo de los asientos traseros con una capacidad de 7,6 kWh. Así es como este MINI híbrido entrega en total 224 caballos de potencia y 385 Nm de torque.
Revista Turbo
