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Este es el circuito japonés construido exclusivamente para los millonarios

Creado para los millonarios que no pueden acelerar sus lujosos autos en las calles, este circuito en Japón fue pensado para disfrutar a fondo sus impresionantes velocidades.

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Un problema silencioso aqueja a los millonarios del mundo: comprar superdeportivos de millones de dólares que jamás pueden conducir realmente. Vehículos diseñados para conquistar circuitos, que terminan convertidos en piezas de museo dentro de enormes garajes, esperando el momento de ser admirados pero nunca experimentados en toda su potencia.

The Magarigawa Club en Japón llegó para transformar ese dilema en una experiencia familiar de adrenalina y lujo, ofreciendo una solución que va mucho más allá de un simple circuito de carreras.

Ubicado a 70 kilómetros al sureste de Tokio, este complejo ha sido diseñado por Hermann Tilke, el ingeniero responsable de algunos de los trazados más emblemáticos del automovilismo mundial como Silverstone, Yas Marina y el trazado corto del Nürburgring. Su objetivo no era solo crear un circuito, sino construir una experiencia completa para los amantes de los motores.

Las características increíbles de este circuito japonés

El trazado es una obra maestra de ingeniería automovilística. Con 3,5 kilómetros de extensión y 22 curvas que se toman las montañas, ofrece una experiencia que evoca la legendaria pista belga de Spa Francorchamps, a la vez que tiene una recta ideal que permite tomar la libertad del volante con unos 800 metros, dando la felicidad de poder pisar hasta el fondo sus superdeportivos, mientras su diseño montañoso permite variaciones de altura de hasta 250 metros.

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Foto: Facebook – The Magarigawa Club / Imponentes subidas, bajadas, curvas y rectas hacen de este circuito japonés un verdadero ensueño, comparable incluso con prestigiosos circuitos de competición profesional.
La idea de convertir este sueño millonario en un circuito surgió gracias a una exclusiva compañía de lujo.

El concepto nace de Kenzo Watari, CEO de Cornes & Company, una empresa japonesa especializada en venta de vehículos de lujo. Su motivación era simple pero profunda: crear un espacio donde su familia pudiera compartir su pasión por los automóviles, algo que no existía en el mercado.

Así con la pista en función, cobran una membresía que tiene un costo anual de 230.000 euros, incluyendo mucho más que acceso al circuito, pues los socios pueden disfrutar de:

  • Pit lane climatizado con mecánicos especializados
  • Cursos de conducción deportiva
  • Piscina infinita con vistas panorámicas
  • Restaurante de alta cocina
  • Gimnasio de última generación
  • Sala de karaoke
  • Recorridos familiares a baja velocidad
  • Parques infantiles
  • Senderos para excursiones en los bosques circundantes
Foto: Facebook – The Magarigawa Club / Este circuito es fácilmente visible desde las alturas, gracias a su ubicación privilegiada y su distintivo color agua marina, que lo hace resaltar entre las montañas.

Lo revolucionario del proyecto es su enfoque familiar. No se trata solo de un lugar para que millonarios ‘quemen’ sus superdeportivos, sino de un espacio diseñado para que toda la familia pueda compartir la pasión por los motores.

Las características del circuito que llevan la conducción a un nivel mas complejo

Algo que hace a la pista un verdadero reto es que un 20% es cuesta arriba, mientras que un 16% es en sentido inverso, ofreciendo desafíos técnicos que pondrán a prueba incluso a los conductores más experimentados, y que sin duda alguna vuelve locos a estos millonarios, que en su mayoría no son experimentos tras un volante tan potente.

Los autos aquí demuestran para que fueron hechos: dan una explosión de velocidad

Mientras los superdeportivos de lujo suelen permanecer estáticos en garajes, coleccionados pero nunca conducidos, este club ofrece la posibilidad de experimentar toda su potencia sin infringir ninguna ley. Es la solución perfecta para aquellos millonarios que compran vehículos de ensueño pero no tienen dónde disfrutarlos realmente.

Un espacio pensado no solo para los amantes de la velocidad, sino para que toda la familia pueda compartir la pasión por los motores, con todas las comodidades y lujos imaginables.

The Magarigawa Club no es solo un circuito. Es la respuesta definitiva al dilema de los coleccionistas de superdeportivos: un lugar donde los millones invertidos en un vehículo finalmente pueden ser experimentados en toda su gloria.

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