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BYD es acusado de esclavitud moderna
BYD enfrenta acusaciones de trabajo esclavo en Brasil, pues 163 trabajadores chinos habrían sido encontrados en condiciones inhumanas en obras de su nueva fábrica.
La construcción de la primera planta de BYD en Brasil enfrenta una grave crisis. Las autoridades laborales del país han denunciado condiciones ‘similares a la esclavitud” que afectan a 163 trabajadores chinos en las obras de la fábrica en Bahía, donde el gigante asiático planea producir 150.000 vehículos anuales.
Conflicto diplomático
Jinjiang Group, contratista de BYD, rechaza las acusaciones y alega problemas de traducción y diferencias culturales. “Ser calificados de ‘esclavizados’ ha insultado la dignidad del pueblo chino“, declaró la empresa en Weibo, mientras que BYD anunció el fin de su relación con el contratista.
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Controversia por los pasaportes
Un punto crítico de la investigación revela que 107 trabajadores entregaron sus pasaportes a la empresa, supuestamente para tramitar documentos temporales. Los inspectores brasileños consideran esta retención como evidencia de trabajo forzado, mientras Jinjiang lo describe como un procedimiento administrativo normal.
Impacto en los planes de BYD
La controversia amenaza los ambiciosos planes de BYD en Brasil, su mayor mercado fuera de China. La planta, programada para iniciar operaciones entre 2024 y 2025, es crucial ante el aumento de aranceles para vehículos eléctricos importados del 18% al 35% en 2026.
La crisis entre BYD y Brasil trasciende el ámbito meramente empresarial. Por un lado, el gigante asiático se juega su reputación en un momento crítico de su expansión global, especialmente cuando otras marcas chinas enfrentan escrutinio internacional por sus prácticas laborales. Por otro, Brasil representa el mayor mercado de BYD fuera de China, con planes de inversión que superan los 1.000 millones de dólares.
La resolución de esta crisis podría marcar un precedente sobre cómo las empresas chinas gestionan sus expansiones internacionales y adaptan sus prácticas laborales a estándares occidentales. El mundo observa atentamente cómo el gigante eléctrico navegará estas aguas turbulentas mientras intenta mantener su meteórico crecimiento global.
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