Así se vivió el reto Amarok V6 Dakar Challenge en Perú

La Volkswagen Amarok es la única pick-up del mercado colombiano con un motor V6 turbodiésel.

Uno de los tramos por donde pasó el rally Dakar 2019 fue el departamento de Ica, conocido por su hermoso paisaje contrastante entre un desierto pintado de amarillo con todas sus tonalidades que se funden con el azul profundo del océano.

Ica es un destino donde los visitantes pueden probar el mejor pisco sour, la bebida coctel patrimonio de los peruanos, así como vinos de extraordinaria calidad y una increíble variedad gastronómica.

Alrededor de este maravilloso escenario, específicamente en la reserva de Paracas, se llevó a cabo el Amarok V6 Dakar Challenge, un recorrido de cientos de kilómetros en medio de enormes dunas, terrenos de alta dificultad y temperaturas extremas.

Los seguidores de nuestra revista tienen referencia de este modelo en la prueba que realizamos anteriormente en el Autódromo de Tocancipá, cuando se lanzó al mercado local. En aquella ocasión sorprendió por su buen desempeño en un terreno que es poco común para una pick-up como es la pista.

En esta oportunidad la prueba era diferente porque podría estar en su hábitat: arena, piedras, terrenos agrestes, etc. Una flota de más de 12 pick-up Amarok se destinaron para ‘surcar’ las bellas pero igualmente duras montañas de arena de Paracas.

Lo interesante de este encuentro es que nuestro recorrido, incluía parte de los tramos que hicieron los pilotos del Dakar, no eran fáciles. ¿La verdad? La Volkswagen Amarok V6 demostró de lo que es capaz y comprobó su buen desempeño en todo tipo de terreno.
Circular cientos de kilómetros en medio del desierto con una temperatura alta y desafiando los diferentes bancos de arena no es tarea fácil. Entre 

los desafíos que afrontamos a bordo de esta pick-up estuvieron varios ascensos de gran exigencia, donde fue fundamental los 56,1 kg-m (550 Nm) de torque y el sistema de tracción 4Motion para alcanzar la cima de las dunas. Pese a ser un terreno inestable, de poca tracción y firmeza, la Amarok nunca mostró fatiga y, por el contra- rio, tuvo un comportamiento sólido y confiable.

Pero una vez superado el reto de alcanzar la cumbre, el desafío era bajar con solvencia y ofrecer total seguridad para los ocupantes. En es- tas situaciones es donde intervienen las ayudas electrónicas como el control de descenso, que gracias a una velocidad regulada pero constante, el sistema permite que la pick-up avance suave y controladamente, permitiendo que el conductor
se concentre en el volante.

Otro de los tramos de gran exigencia fue cuando la caravana tomó la playa. Frente a un terreno inestable y a una velocidad relativamente alta, la Amarok V6 se mostró estable sin ningún balanceo de carrocería, con ruedas que seguían la dirección que dictaba el piloto.

LA OTRA PRUEBA

Correr un Dakar es una aventura extrema y agotadora, y el solo hecho de terminar una carrera de esta dificultad ya es un triunfo. Aparte de la Amarok V6 Dakar Challenge, la otra prueba que se vivió fue en la misma competencia del Dakar con dos modelos acondicionados: uno que ‘jugaba’ de local conformado por la dupla integrada por padre e hijo, Fernando Ferrand del Busto y Fernando Ferrand Malatesta, quienes participaban por novena vez en el Dakar.

El otro equipo era el MS2 Racing de Colombia, conformado por los talentosos pi- lotos manizaleños Mauricio Salazar Velásquez (piloto) y Mauricio Salazar Sierra (copiloto), que cumplieron su objetivo de terminar el Dakar y llevar a feliz término el duro recorrido que estuvo dividido en 10 etapas.

La bandera de Colombia ondeó en el podio final de Lima gracias a estos dos guerreros que entregaron en cada recorrido toda la garra y el empuje que caracteriza a los colombianos. Al final quedaron en el puesto 34 en la general con un tiempo de 65 horas 45 minutos y 28 segundos.

REVISTA TURBO