Mercedes-Benz 190, pionero en la movilidad eléctrica

Fue un modelo transformado en el eléctrico soportado por baterías y buscaba evaluar la idoneidad funcional de todos los componentes en situaciones reales

La movilidad eléctrica de la marca alemana tiene su origen en los 190 eléctricos, modelos que se convirtieron en un laboratorio y con el fin de probar diferentes configuraciones y sistemas de baterías.

Los primeros dispositivos de almacenamiento de energía probados fueron baterías de cloruro de sodio-níquel o de sodio-azufre con una densidad de energía mayor que las baterías de plomo clásicas, que generaban una temperatura alrededor de los 300 grados.

Nuevas características

En marzo de 1991, Mercedes-Benz, presentó en el Salón del Automóvil de Ginebra, un vehículo con mayores avances pero conservando el estilo original del auto: cinco plazas con espacio, casi sin cambios y con características de seguridad propias de la marca.

Cada rueda trasera tenía su propio motor alimentado por imanes permanentes con una potencia de 16 kW (22 HP), por lo que la potencia total era de 32 kW (44 HP). La energía se suministraba por una batería de cloruro de sodio y níquel y el frenado regenerativo devolvía energía a la batería.

Una ventaja particular del concepto fue la eliminación de componentes mecánicos pesados, por lo que el peso adicional en comparación con un vehículo de producción en serie con motor de combustión era sólo de 200 kilogramos.

Los experimentos

El interés en vehículos eléctricos experimentó un repunte en ese momento como resultado de las leyes aprobadas en California, por ejemplo, para introducir vehículos de cero emisiones. Mercedes-Benz no fue el único fabricante en tomar medidas esta dirección.

A partir de 1992, se observaron algunos resultados en la costa alemana del mar Báltico: se habilitó una gran zona de pruebas en la isla de Rügen que continuó su actividad hasta 1996. El gobierno alemán financió el proyecto con 60 millones de marcos. El objetivo era probar vehículos eléctricos y sistemas de energía incluyendo sus baterías en el uso diario. Participaron un total de 60 turismos y furgonetas de varios fabricantes.

Mercedes-Benz envió a Rügen diez unidades del modelo W 201 que previamente habían sido equipados a mano en Sindelfingen con varias configuraciones de motor eléctrico y batería. Se utilizaros estaciones de recarga especiales con paneles solares con la idea de probar un concepto consecuente con el medio ambiente, ya que solo la electricidad de fuentes renovables puede considerarse completamente neutra en emisiones de CO2.

100.000 kilómetros de pruebas

Los pioneros Mercedes-Benz 190 fueron conducidos en la isla de Rügen por participantes diversos entre los que se incluían taxistas que los usaban en la vida cotidiana. Uno de los vehículos fue utilizado de forma especialmente intensa, llegando a recorrer alrededor de 100.000 kilómetros en un año.

Los resultados proporcionan nuevos conocimientos sobre la vida útil de la batería, el número de ciclos de descarga y carga posibles, la autonomía, el consumo de energía y la fiabilidad. Con estos datos, Mercedes-Benz aplicó el concepto de propulsión eléctrica a otros turismos.

La pregunta sigue siendo por qué los vehículos eléctricos empiezan a establecerse ahora y por qué no continuar sobre la base de los proyectos de esa época. Vida útil de la batería, autonomía, reciclaje, infraestructura de carga y precio del vehículo para la producción en serie.

Muchas de las respuestas a estas las preguntas se pueden apreciar en la nueva gama de vehículos híbridos de Mercedes-Benz y, por supuesto, la marca eléctrica EQ. Toda la experiencia acumulada en la década de 1990 es la base del conocimiento para el desarrollo de vehículos a la que los ingenieros recurren para el desarrollo de los vehículos de hoy. Además, algunos de los ingenieros que trabajaron en el W 201 con el motor eléctrico están todavía en activo en el desarrollo de vehículos eléctricos de la compañía, involucrados en los últimos proyectos.

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