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Los taxistas soportan niveles más altos de contaminación que otros conductores

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El estudio sugiere que los conductores tomen medidas simples para protegerse de la contaminación, como conducir con las ventanas cerradas. Colprensa

El estudio sugiere que los conductores tomen medidas simples para protegerse de la contaminación, como conducir con las ventanas cerradas.

Los conductores profesionales que trabajan en ciudades congestionadas están expuestos a niveles de carbono negro de media un tercio más altos que los que se experimentarían en una carretera concurrida, según una investigación presentada en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea, que se celebra en Madrid.

Específicamente, la investigación encontró que son los taxistas los que experimentan las exposiciones más altas al carbono negro, un indicador de los gases del motor diesel, en comparación con los trabajadores de correos, los conductores de camiones, los trabajadores de servicio de emergencia y los de eliminación de desechos.

Sin embargo, el estudio sugiere que los conductores profesionales pueden tomar medidas simples para protegerse de la contaminación, como conducir con las ventanas cerradas.

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La investigación, una colaboración entre investigadores de King’s College de Londres (Reino Unido) y de la Universidad Queen Mary, fue presentada por Shanon Lim, asistente de investigación y candidata a doctorado en el King’s.

“Sabemos mucho sobre los peligros de la exposición a la contaminación del tráfico. Sin embargo, sorprendentemente se han realizado pocas investigaciones sobre los niveles de exposición de los conductores profesionales a la contaminación y sus efectos sobre su salud –explica–. Creemos que hay alrededor de un millón personas que trabajan en estos empleos solo en el Reino Unido, por lo que este es un problema generalizado y poco apreciado”.

Los investigadores reclutaron a 140 conductores profesionales de una variedad de ocupaciones que trabajan en el centro de Londres. Se les pidió que llevaran monitores de carbono negro, que estaban vinculados con rastreadores GPS, durante un período de 96 horas.

Los monitores midieron los niveles de exposición una vez por minuto. También se preguntó a los conductores sobre el tipo de vehículo que conducen, sus horas de trabajo y si conducen con sus ventanas o rejillas de ventilación abiertas.

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Los resultados mostraron que, en promedio, los conductores profesionales estuvieron expuestos a 4,1 microgramos de carbono negro por metro cúbico de aire durante la conducción, que fue aproximadamente cuatro veces mayor que su exposición en el hogar (1,1). Los investigadores apuntan que los niveles registrados en el hogar son similares a los niveles experimentados por los trabajadores de oficina en sus escritorios.

Los conductores profesionales también experimentaron picos extremadamente altos en la exposición al carbono negro, que a menudo superaron los 100 microgramos por metro cúbico de aire y duraron hasta media hora.

Durante el mismo período de tiempo, los investigadores encontraron que los niveles de contaminación en una calle concurrida de Londres (Marylebone Road) fueron en promedio de 3,1 microgramos y, lejos de la carretera, el nivel promedio en Londres fue de 0,9.

Los taxistas tuvieron los niveles más altos de exposición en promedio (6,5 microgramos), mientras los trabajadores de servicios de emergencia tuvieron los niveles más bajos (2,8).

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“Nuestro estudio sugiere que los conductores profesionales están expuestos a altos niveles de contaminación del tráfico mientras están en el trabajo. Debido a que estos niveles son más altos que los que encontramos a un lado del camino, esto sugiere que estar dentro de un vehículo no necesariamente ofrece ninguna protección, de hecho, lo contrario: la contaminación del aire puede quedar atrapada dentro del vehículo durante períodos prolongados de tiempo”, advierte.

Lim admite que no se sabe “con certeza por qué a los taxistas les va peor, pero podría deberse a que los taxis tienden a operar en las partes más concurridas y contaminadas de la ciudad, donde las calles restringen el movimiento del aire. Por otro lado –añade–, los servicios de emergencia pueden evitar la congestión cuando atienden un incidente”.

La investigación también mostró que mantener las ventanas cerradas mientras se trabaja redujo a la mitad los niveles de carbono negro para los conductores profesionales. El tipo de vehículo y la elección de la ruta también podrían reducir la exposición.

Los investigadores continuarán estudiando los datos y planean investigar posibles estrategias para proteger a los conductores, como el uso de filtros de aire.

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“Esto es vital para ayudar a los empleadores, los profesionales de la seguridad y la salud en el trabajo y los trabajadores individuales a reducir la exposición y minimizar los riesgos de salud relacionados con el trabajo”, añade.

Barbara Hoffman, presidenta del Comité de Medio Ambiente y Salud de la Sociedad Respiratoria Europea y profesora de epidemiología ambiental en la Universidad de Düsseldorf (Alemania), destaca que, “a corto plazo, los conductores pueden protegerse mejor manteniendo sus ventanas cerradas. Sin embargo, a más largo plazo, necesitamos proteger a los trabajadores de la contaminación del tráfico buscando formas de mantener limpio el aire dentro de los vehículos, pero también rediseñando nuestras ciudades para crear formas más eficientes para mover personas y mercancías y aumentar nuestro uso de soluciones de viaje más ecológicas, como los vehículos eléctricos”.

Revista Turbo

 

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