Siga estos seis pasos en caso de que tenga un choque
Este es un paso a paso de lo que debe hacer para resolver el problema de la mejor manera.
Bien dicen por ahí que “el que maneja se choca”, nadie está exento de sufrir un percance de tráfico, bien sea porque golpeó a alguien, con o sin culpa, porque otro lo chocó o se vio involucrado en una colisión múltiple.
Según el Código Nacional de Tránsito, en su artículo 2° (Ley 769 de 2002), se define Accidente de Tránsito como un “evento generalmente involuntario, generado al menos por un vehículo en movimiento, que causa daños a personas y bienes involucrados en él e igualmente afecta la normal circulación de los vehículos que se movilizan por la vía o las vías comprendidas en el lugar o dentro de la zona de influencia del hecho”.
La conducción está tipificada como una actividad peligrosa y por ende genera riesgos que pueden terminar en incidentes que afecten la vida.
Ahora bien, ¿sabe cómo actuar en caso de un accidente?, ¿qué hacer o a quién llamar? Este es un paso a paso de lo que debe hacer para resolverla de la mejor manera.
Conserve la calma
Parece obvio, pero es fundamental. Una vez sucedido un incidente de tránsito es normal que perdamos la compostura y los nervios se apoderen de nosotros. Los daños causados, el caos vial, la pérdida de tiempo, si hay alguien físicamente afectado y un cúmulo de consecuencias derivadas del choque, hacen que las emociones entren en conflicto: angustia, miedo, estrés, rabia, ansiedad y tristeza son las reacciones primarias. Así que hay que tratar de restablecer la calma como primera medida para pensar con claridad.
En segunda instancia, hay que verificar que se esté en buenas condiciones físicas y que el estado de salud de quienes viajan en el carro no esté comprometido, así como el de los demás involucrados en el hecho.
La Cruz Roja Internacional, en sus protocolos de manejo de atención de accidentes, aconseja que si podemos actuar por nuestros medios y mientras llega la atención de los organismos de tránsito y socorro, se trate de alertar a los demás actores de la vía sobre el incidente, esto es, encendiendo las luces estacionarias y aislando la escena con conos y/o triángulos reflectivos en un radio de unos 30 metros para no generar un accidente más grande y peligroso.
Si hay personas heridas de gravedad, solo pueden moverse en caso de que en el lugar se comprometa aun más su salud. Esto es, si existe riesgo de incendio, inundación o deslizamiento de tierra. Si pueden moverse por ellos mismos, lo más aconsejable es apartarlos de la vía o del lugar del accidente y esperar la atención médica.
Llamar por ayuda
Lo siguiente es comunicarse a las autoridades de tránsito, de socorro y a la aseguradora. Si el accidente ocurre en área urbana, con la línea 123, que es la que coordina los organismos de asistencia en la ciudad. Hay que ser claros con la ubicación y la descripción de los hechos para que ellos sepan cómo actuar y manejar la situación. Si el incidente es en zona rural debe acudirse a la línea #767 de la Policía de Carreteras.
Luego hay que llamar a la aseguradora y hacer la misma descripción para que pueda desplazarse un asesor que asista con los trámites ante la Secretaría de Tránsito e indique cómo actuar. Si es posible, pueden hacerse fotos y videos.
¿Llamar al tránsito?
Dicen por ahí que es mejor un mal arreglo que un buen pleito, y en casos donde el golpe solo afecta una pequeña porción de la carrocería, es un rayón o una luz quebrada, puede hacerse una conciliación in situ con el otro conductor. Si no hay acuerdo, siempre hay que acudir a ellos.
“En casi todos los casos hay que llamar al tránsito, sobre todo si hay lesiones, para que las pueda cubrir el Soat. Si la cuantía es menor y solo hay daños en las latas de los carros, sale mejor arreglar por las buenas y así se evitan congestiones y pérdidas de tiempo”, dice el Supervisor de la Secretaría de Movilidad de Medellín, Elías Maya.
Si los involucrados en el choque tienen pólizas de seguros con la misma compañía, un facilitador de la empresa pude hacer el trámite internamente para llevar a cabo la reclamación a que hubiere lugar, aunque no siempre es aconsejable acudir al seguro.
“Cuando el valor del arreglo del carro es igual o inferior al valor del deducible (un salario mínimo mensual legal vigente), se recomienda no reclamar pues no se justifica por el costo, además que afecta la bonificación que es el descuento en la prima en la renovación por no reclamación en la vigencia del seguro”, comenta Liliana Peláez, asesora en seguros.
Una duda generalizada es la de si pueden moverse los vehículos en caso de que queden obstaculizando la vía y armando una congestión grande. Si el daño no es muy representativo, es decir, los autos encienden y ruedan, están asegurados y además no hay lesionados, se pueden tomar fotografías o hacer un video probatorio y se procede a ubicarlos mejor para no paralizar la zona. De lo contrario, es mejor esperar a que se haga el croquis del tránsito como material de prueba en la audiencia de conciliación.
¿Quién es culpable?
Hay casos en los que es difícil detectar quién tuvo la responsabilidad de un accidente de tránsito por las circunstancias de modo, tiempo y lugar en las que sucedió, pero la invitación es a ser consciente de los hechos si usted es el culpable, para arreglar más fácilmente el lío si la cuantía no es muy alta ni se afectó la salud de nadie. Además, determinar rápidamente quién debe pagar los daños, sí no son muy representativos, evita trámites y vueltas engorrosas.
Otra de las situaciones que más incertidumbre genera es cuando el autor de los hechos huye de la zona del accidente. “Si es una cuantía mayor, hay que llamar al tránsito, para que el agente haga el examen técnico y si se tienen las placas del otro vehículo, con mayor razón. Si no, debe llamarse a la compañía de seguros para que responda”, señala el supervisor Maya.
Responsabilidad civil
La cultura de los seguros está muy poco arraigada en Colombia. Según cifras de Asopartes, solo el 30 % de los carros que ruedan en el país están asegurados. Por lo tanto es muy posible que en caso de un accidente, alguno de los involucrados no esté amparado y no tenga cómo responder.
“En este caso, si el que tiene el seguro no es culpable, arregla el carro afectando la póliza y pagando el deducible correspondiente y la compañía se encarga de cobrarle a la contraparte. Si se logra recuperar el deducible que pagó el asegurado, la aseguradora le devuelve un porcentaje de este. Si el que tiene el seguro es culpable, se le afecta la póliza para arreglar los daños del otro por el amparo de responsabilidad civil (RC) y para arreglar su carro por el amparo de pérdida parcial daños, pagando el respectivo deducible, dice Liliana Peláez.
Nunca salga sin Soat
El riesgo de no tener seguro y tener que pagar cuantiosos daños en caso de resultar culpable puede convertirse en un dolor de cabeza por los líos judiciales en los que puede verse involucrado y que le obligarían a responder con su patrimonio o el de su familia.
“Cuando se tiene un amparo, se delega en una compañía de seguros el riesgo de arreglar los daños del carro ante un choque o recuperar el valor en caso de pérdida total por daños o hurto a cambio de pagar una prima que corresponde a un porcentaje del valor del auto”, comenta la asesora Liliana Peláez
Los hechos se agravan aun más cuando no se tiene el seguro obligatorio contra accidentes de tránsito (Soat), pues este actúa cuando hay lesionados o personas fallecidas. Según cifras de Fasecolda, el 22 % de los vehículos que ruedan en Colombia no tienen este amparo, que es de carácter obligatorio.
“El Soat es muy importante, no tenerlo indica para el propietario del vehículo unos gastos onerosos en caso de verse involucrado en un accidente con personas lesionadas, que podrían afectarlo jurídicamente, al tener que correr con todos los costos de hospitalización y atención médica.
Incluso el Soat tiene unos topes que puede suplir también la EPS. “Es más, los accidentes hoy en día suelen tener más lesionados. Hay fracturas, traumas y personas que quedan con movilidad reducida porque hay muchas motocicletas involucradas y exceso de velocidad, por eso es clave tener siempre el Soat vigente”, concluye Elías Maya.
REVISTA TURBO / EL COLOMBIANO