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McLaren P1 GTR: el hypercar con ADN de Fórmula 1
Cuando McLaren decide llevar la ingeniería al límite, el resultado no es un simple automóvil. Es una máquina que desafía toda comprensión de lo que un hypercar puede ser. El P1 GTR es la demostración de que los límites de la velocidad y la tecnología, se pueden superar cada que esto sea un propósito.
Concebido en 2015 con una visión que roza la locura, McLaren produjo solo 58 unidades de este monstruo mecánico. Un hypercar diseñado con un único propósito: conquistar circuitos con la misma ferocidad que un monoplaza de Fórmula 1.
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Ingeniería que roza lo imposible
Bajo el capó late un motor V8 biturbo de 3.8 litros que, combinado con un sistema híbrido inspirado directamente en la Fórmula 1, genera una bestial potencia de 1.000 caballos de fuerza. No es un número. Es una declaración de guerra a la física.
El sistema KERS: tecnología de otro planeta
El sistema de recuperación de energía cinética (KERS) no es un simple componente. Es lu que demostró que McLaren había trasladado literalmente la tecnología de los monoplazas a un hypercar. Con solo presionar un botón en el volante, el piloto puede liberar una aceleración que desafía cualquier lógica.
Un alerón que piensa
El alerón trasero activo no es un elemento pasivo. Se mueve automáticamente, adaptándose a cada curva con la precisión de un cirujano, maximizando la carga aerodinámica y reduciendo la resistencia en rectas, tal como lo haría un F1 en plena carrera.
Diseño sin compromisos
McLaren eliminó cualquier elemento innecesario. Cada gramo fue calculado, cada línea diseñada con un único objetivo: rendimiento puro. Un automóvil tan radical que originalmente ni siquiera estaba homologado para circular en carreteras.
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El P1 LM: La versión callejera
Gracias a Lanzante Motorsport, algunas unidades fueron modificadas para ser legales en carretera. El P1 LM mantiene toda la esencia del GTR, pero con ligeros ajustes para cumplir normativas de tránsito.
Un objeto de culto de la industria automotriz
Hoy, un McLaren P1 GTR no es solo un automóvil. Es una pieza de colección que supera los 3 millones de dólares. Un objeto de deseo para coleccionistas que entienden que están adquiriendo más que un vehículo: están comprando un fragmento de historia automovilística.
Hoy por hoy este vehículo es una leyenda sobre ruedas.
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