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Conozca el Porsche que nunca logró ser Porsche
El proyecto del C88, el Porsche chino, nunca vio la luz, pero sí dejó valiosos aprendizajes y tecnología de punta para las marcas involucradas.
En 1994, Porsche Engineering Services desarrolló un concept car que desafió todas las expectativas: el Porsche C88, un sedán económico diseñado específicamente para el mercado chino que nunca llegó a producirse, pero que cuenta una fascinante historia de innovación automotriz.
Su nombre tenía un significado profundo: la ‘C’ representaba China, mientras que el ’88’ simbolizaba buena suerte y fortuna en la cultura china. Desarrollado en solo cuatro meses, el C88 fue la respuesta de Porsche a una invitación del gobierno chino para crear un automóvil económico de la mano de marcas propias del gigante asiático.
Características técnicas
- Motor: 4 cilindros de 1.1 litros
- Potencia: 68 CV
- Transmisión: Automática de 4 velocidades
- Tracción delantera
- Aceleración: 0-100 km/h en 16 segundos
- Velocidad máxima: 161 km/h
Un diseño con historia
Inspirado en el Volkswagen Beetle original, el C88 buscaba ser un vehículo simple, confiable y económico. Sus dimensiones eran modestas: 4.03 metros de largo, 1.62 metros de ancho y 1.42 metros de alto.
El interior: funcionalidad pura
El habitáculo era tan austero como su concepto. Un salpicadero redondeado, consola central con curvas y una pantalla digital que parecía más una pegatina que un elemento tecnológico. Un reloj analógico y un conjunto de indicadores completaban un diseño minimalista, que por su puesto no tenia la marca de Porsche por ser un concept que seria solo para china.
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Un proyecto truncado
A pesar de cumplir con las regulaciones de emisiones y seguridad de 1990, el proyecto que inicialmente parecía un éxito y que incluso tenía planes de ser producido para el mercado europeo en el futuro, fue rechazado por el gobierno chino. De haberse llegado a producción, el modelo contemplaba mejoras como: mejor rendimiento de combustible, tecnología más avanzada y un diseño optimizado para cumplir con las necesidades del mercado global.
- Motor diésel de 1.6 litros
- Transmisión automática más moderna
- Airbags para conductor y pasajero
- Sistema de frenos antibloqueo
Aunque no todo fue perdido, lo más fascinante es que Porsche recibió valiosos aportes de técnicos e ingenieros chinos, lo que les permitió comprender mejor las necesidades del mercado local. Esta colaboración resultó en un verdadero gana-gana para ambas partes, ya que combinaron lo mejor de la tecnología y el diseño en un solo vehículo. Lamentablemente, este proyecto innovador nunca llegó a ver la luz en las calles.
REVISTA TURBO