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Así fue el día en el que Ayrton Senna testeó un Honda NSX en Suzuka
Cuando Ayrton Senna fue convocado por Honda para desarrollar el NSX, nadie imaginaba que estaban gestando algo más que un simple automóvil. Estaban creando una leyenda sobre ruedas que desafiaría todos los paradigmas de los superdeportivos de la época.
El proyecto comenzó en 1984, con una inspiración poco convencional: un avión de combate F-16. Su diseño rompía esquemas. Un frente ancho, limpio, con una cabina de amplias superficies vidriadas y un remate trasero que desafiaba la estética tradicional de los deportivos europeos.
Por ello, Senna fue invitado a probar el vehículo en 1989, en Suzuka siendo este registro uno de los mas icónicos ahora, pues Ayrton logro conducirlo a la perfección siendo que la dirección del volate estaba a la derecha, lo que para muchos pudo ser un inconveniente, Senna lo manejo de manera tranquila.
Posterior a la prueba la primera impresión de Senna fue demoledora. “Siento que es un poco frágil”, sentenció. Esa crítica fue suficiente para que Honda reorganizara todo el diseño, rigidizando el monocasco y mejorando la estructura. Era más que un comentario. Era una orden de uno de los mejores pilotos de la historia.
Características que lo hicieron único:
- Primer auto en serie con carrocería monocasco de aluminio
- Motor V6 de 3 litros
- 274 caballos de fuerza
- Diseño inspirado en un avión de combate
Cuando salió al mercado en 1990, el NSX causó un verdadero furor. Un superdeportivo con prestaciones de primer nivel, a un precio inferior a sus rivales europeos. En Estados Unidos se comercializó como Acura NSX, vendiendo 16.685 unidades hasta 2005.
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Como reconocimiento, el acuerdo con Honda le dejó a Senna tres NSX de su propiedad. Hoy en día incluso uno de ellos continúa en poder de su familia en Brasil, dejando el legado mecánico de un piloto que transformó la ingeniería automotriz.
REVISTA TURBO