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Los 5 autos que cambiaron la historia de Colombia: entre nostalgia y mecánica
Estos autos no solo son clásicos, sino que se han ganado el corazón de los colombianos, convirtiéndose en símbolos de nuestra cultura.
Los autos son mucho más que metal y gasolina; son depositarios de memorias, testigos de épocas y narradores de historias. En Colombia, algunos modelos dejaron una huella tan profunda que se convirtieron en parte de nuestra identidad cultural.
Desde sus precios originales hasta sus especificaciones técnicas, estos cinco vehículos no solo transportaron personas, sino que también llevaron los sueños y aspiraciones de toda una nación. Hoy recordamos estos íconos sobre ruedas que marcaron el camino de la industria automotriz colombiana.
- El ‘Amigo Fiel’ que conquistó Colombia en 1969 no solo destacaba por su versatilidad. El Renault 4, con su modesto motor de 1.1 litros y 34 caballos de fuerza, sorprendía con un rendimiento de hasta 20 kilómetros por litro. Por apenas $90.000 de la época, las familias colombianas accedían a un vehículo que se adaptaba tanto a las calles pavimentadas como a los caminos rurales.
- En los años 90, el Chevrolet Swift revolucionó el mercado colombiano con su motor de 1.3 litros y 70 caballos de fuerza. A un precio aproximado $6.500.000, ofrecía un paquete completo: diseño aerodinámico y un consumo destacado de 15 kilómetros por litro. Fabricado en la planta de GM Colmotores en colaboración con Suzuki, se distribuyó en Colombia bajo la marca Chevrolet, a diferencia de otros países latinoamericanos, donde se comercializó como Suzuki. Este modelo se convirtió en el primer auto de muchos jóvenes profesionales, destacándose por su economía y estilo.
- El Mazda 323 trajo el futuro a los 80s con sus versiones de 1.3 y 1.5 litros, entregando entre 65 y 82 caballos. Por aproximadamente $2.500.000 de la época, los colombianos accedían a un sedán que combinaba elegancia con eficiencia, estableciendo nuevos estándares en su segmento.
- El Chevrolet Monza llegó para redefinir el lujo accesible. Su motor era ofrecido en Colombia desde 1.6 litros a 1.8 litros con 82 caballos y 90 caballos de fuerza, respectivamente. A un precio de $3.800.000 en 1986 lo posicionaron como el sedán aspiracional de la clase media emergente. Sus interiores cómodos y su diseño aerodinámico lo convirtieron en el orgullo de muchas familias.
Estos vehículos no solo transportaron personas; llevaron sueños, construyeron historias y hoy son testigos rodantes de una Colombia que creció y evolucionó junto a ellos. No se limitaron a recorrer las calles de la ciudad; también conquistaron las polvorientas y desafiantes carreteras colombianas, demostrando su resistencia y versatilidad en cada kilómetro.
REVISTA TURBO