DEPORTES
Se cumplen 4 años del accidente de Grosjean en el GP de Baréin
El 29 de noviembre de 2020, la Fórmula 1 contuvo el aliento durante 28 eternos segundos. Romain Grosjean emergía de una bola de fuego en Baréin, en un accidente que redefinió los estándares de seguridad en el automovilismo y nos recordó que los milagros existen.
Del infierno al milagro
Todo sucedió en la primera vuelta del GP de Baréin. Un toque con Daniil Kvyat envió el Haas de Grosjean contra el guardarraíl a más de 200 km/h. Lo que siguió pareció una escena de película: el monoplaza se partió en dos, generando una explosión que envolvió todo en llamas.
Lea también: La colección más grande de carros de la F1 está a la venta
El hombre Fénix
Contra todo pronóstico, Grosjean emergió de las llamas. El halo, dispositivo de seguridad que muchos criticaron cuando se introdujo en 2018, había protegido su cabeza y le permitió escapar con solo quemaduras en las manos. No por nada, el francés sería conocido desde entonces como el ‘Hombre Fénix’.
El legado
Aunque el accidente marcó el final de su carrera en F1, Grosjean renació de las cenizas. Hoy compite en IndyCar y ha compartido su historia en el libro ‘La llama de la vida’, recordándonos que la seguridad en el automovilismo nunca debe darse por sentada.
Puede ver: Así fue el día que Ayrton Senna salvó a Érik Comas
Cuatro años después, el accidente de Grosjean sigue siendo un poderoso recordatorio: en la F1, la victoria más importante es volver a casa con vida.
REVISTA TURBO